A través de una animación reflexiono acerca del abuso y maltrato infantil. De manera poética surge un texto, una narrativa que da cuenta de un hecho dando pie a que la imagen, desfragmentada, vaya desapareciendo.
Desde lo simbólico, la pieza tiene características precisas que a pesar de ello mantiene su naturalidad. El texto que dio pie a la animación, es un verso constituido por siete palabras que a su vez permite desfragmentar la imagen en esa misma cantidad de partes. Tomé una foto de mi infancia que luego de un proceso manual y digital, me permitió construir una animación que descubre el texto de manera íntima.
En cuanto al color, el rojo remite al erotismo, en este caso a las bajas pasiones. El negro de fondo delimita la frontera de la existencia y el condicionamiento hacia la oscuridad y las consecuencias derivadas del hecho que marcan hacía el futuro su capacidad de decidir de manera asertiva, transitando un camino hacia la maleza, no solo el lugar físico donde han sucedido estos hechos, sino al lugar donde se desarrolla la búsqueda de su ser.
Los tiempos de transición en el video permiten una lectura adecuada, sin embargo también tienen una carga simbólica al representar un valor estadístico dado por la UNICEF para América Latina y el Caribe, donde señala que cada 3,8 segundos es abusado sexualmente un menor de edad entre 0 y 14 años.
Teniendo en cuenta que el abuso es una problemática global de vieja data y que refleja el estado de salud mental de nuestra sociedad, he decidido llevar la pieza a otros territorios a través del idioma, en este caso en inglés y francés. Con la ayuda de traductores amigxs en otros países, llevaré con el tiempo a esos idiomas locales esta pieza y así poder generar un diálogo frente a esta situación en un contexto más local.
En cuanto a la tipografía usada para la pieza, la solución natural era transcribir mi letra de la infancia, así que me dí a la tarea de buscar cuadernos o apuntes de la época y en vista que dicho material era inexistente, realicé una convocatoria con varios niños los cuales trascribieron el texto que evidenciamos en el video, seleccionando una en especial de una niña a la cual su familia llama Chavela y de ahí el nombre de la tipografía Maleza Chavela.
Esta tipografía es usada en algunos textos para convocatorias y material gráfico que nos ayude a visibilizar y poner en circulación la pieza en diversos entornos comunitarios. En ese sentido comprendí que el lugar natural de esta pieza se encuentra en espacios vivos y poco convencionales, con mayor acceso a personas que puedan identificarse con esta problemática.
Como parte del proceso investigativo, de manera pertinente dejo a disposición de los visitantes algunos textos de personas que han atravesado por situaciones de abuso sexual, que lo han enfrentado con carácter y valentía saliendo del lugar común del victimismo, donde inicialmente nosotros mismos nos refugiamos o donde la sociedad puede conducirnos si se lo permitimos.
La superación de cualquier problemática a nivel íntimo y personal, requiere de un proceso de autoreconocimiento, de indagación interna que nos permita definir nuestros limítes frente a esta problemática y allí decidimos si estamos dispuestos a dejar que nos agobie por siempre o si estamos dispuestos a aceptar los hechos tal como han sucedido; sin juzgarlos, reconstruyéndonos en amor, primero hacía nosotros mismos y luego hacía los demás.
Luego de dar muchas vueltas, reconozco que esa es la única manera de vivir plenamente.
MALEZA 